Basta con permanecer unos minutos en alguna institución educativa de cualquier nivel, estrato o tamaño, para darse cuenta como fluye una jornada para un docente, además de su vida normal, familiar, de pareja, social; su tarea de docencia le exige más: concentración, dedicación y esfuerzo humano e intelectual. Durante las actividades realizadas en el Liceo, conmemorativas de sus 15 años, se dejo ver, la capacidad de tolerancia del personal en general de la institución, mientras se desarrollaba el programa festivo de la elección de estudiantes como reinas del Liceo y Deporte. Estuvieron a la altura del gran espectáculo que crearon para esa celebración, no es posible plasmar en esta nota, la capacidad, cordura, entusiasmo, eficiencia y sobre todo la paciencia que exige, el cumplimiento del deber en la profesión de la formación de nuestra juventud. Son palabras del corazón, parecieran dedicadas en el día del maestro, pero cada día, al sonar el timbre, es el día del Maestro.
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